Populorum Progressio: Presencia de Cristo en Latinoamética

Durante 24 años la Fundación Populorum Progressio ha trabajado de la mano con las comunidades a favor de los más pobres. Con una inversión alrededor de US$ 38 millones de dólares se han financiado proyectos que ayudan a mejorar las condiciones de vida de los campesinos, indígenas y afrodescendientes de América Latina. Así define Juan Vicente Isaza Ocampo, Secretario Ejecutivo de la Fundación, el trabajo continuo que adelanta apoyando los proyectos que son presentados cada año en todos los países de la región.

El Dr. Isaza nos hace un recuento histórico de la Fundación, la cual fue creada en 1992 por el Papa Juan Pablo II debido a la situación de pobreza que enfrentan un alto número de poblaciones de regiones de América latina. “Muchos no saben que Haití es uno de los países más pobres del mundo, incluso por debajo de países de África, por eso se decidió enfocar el trabajo con dos fundaciones, la Fundación Populorum Progressio y la Fundación Juan Pablo II para el Sahel; la primera de ellas se encargaría de Latinoamérica para destinar valiosos recursos con el fin de apoyar las ideas y proyectos que mejoren la calidad de vida de las comunidades desprotegidas”.

Con su estilo abierto y sincero, explica que “en la Fundación no solucionamos el problema de la pobreza de América Latina, porque es muy grande. Nuestra labor se concentra en que los recursos puedan llegar a los proyectos rápidamente. Cualquier dinero les mejora la situación. Con un nuevo salón o un simple pupitre, las personas comienzan a ver que se puede vivir de una manera distinta”.

Sus años en la Secretaría Ejecutiva de la Fundación Populorum Progressio le han permitido conocer de cerca la entrega de muchas personas que laboran a diario en los más recónditos lugares. “De la iglesia se habla mal, y a mí me da risa, porque hay mucha ignorancia. La gente desconoce la gran cantidad de personas comprometidas que ayudan con su trabajo silencioso. En Latinoamérica, por ejemplo, hemos encontrado en regiones lejanas que nadie conoce, a un curita o una monjita, entregados al servicio de la comunidad, al servicio de niños y familias necesitadas”.

Juan Vicente Isaza es un hombre agradecido con la vida. Siempre quiso trabajar por la gente más pobre y en la Fundación ha podido desarrollar aquello que su corazón le dicta y el compromiso que le representa afirmar: “Populorum Progressio es un gesto del amor de Dios por los que sufren”.

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