Quiénes Somos

Populorum Progressio - FPP fue creada por el Papa San Juan Pablo II el 13 de febrero de 1992, con motivo de la conmemoración del V Centenario de la Evangelización del Continente Americano. Se trata de la continuación bajo una nueva forma del Fondo Populorum Progressio, creado por el Papa San Pablo VI en el contexto de su visita a Colombia en el 1968. Al crear este Fondo el Santo Padre invitó a la Comunidad Internacional, a las instituciones y a las personas de buena voluntad a duplicar los esfuerzos y colaboración en favor del desarrollo integral de las comunidades más necesitadas de Latinoamérica y el Caribe, especialmente las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes.

El FPP hace parte del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, creado por el Papa Francisco y que entró en funcionamiento en enero de 2017. Antes hacía parte del Consejo Pontificio Cor Unum. El ahora Fondo financia cada año el mayor número posible de proyectos, mediante los cuales favorece el desarrollo integral de las mencionadas comunidades. Así, desde su creación hasta el 2022, su Consejo de Administración ha aprobado 4.787 proyectos, para un total de US$ 50.247.606.00. Esto, gracias al aporte financiero, sobre todo de los católicos italianos, canalizado a través de su Conferencia Episcopal - CEI. En los últimos años también se han vinculado en la financiación de los proyectos Cross Catholic Outreach (USA) y Manos Unidas (España).
El Papa Francisco con el Rescriptum Ex Audientia Sanctissimi, de fecha 7 de septiembre de 2022, dispuso, de conformidad con el can. 120 §1 del Código de Derecho Canónico, la supresión de la «Fundación Populorum Progressio» y, en su lugar, constituyó el «Fondo Populorum Progressio» confiándolo al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), en coordinación con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

POPULORUM PROGRESSIO

Promueve la autogestión de las comunidades para satisfacer las necesidades básicas, combatir la pobreza e impulsar el desarrollo integral a través de un modelo de pequeños proyectos, basado en la participación de las comunidades con el acompañamiento de la Iglesia.