MUJERES DESPLAZADAS CULTIVAN PROGRESO

MUJERES DESPLAZADAS CULTIVAN PROGRESO

Desde una carpa azul ubicada en el atrio de la parroquia San Antonio de Manzanares, Departamento de Caldas, Colombia, un voceador invita a las personas que llegan o pasan cerca de la Plaza Principal del pueblo.

La voz del anunciante se propaga a través de un alto parlante: “A los niños y niñas, padres de familia, vengan a probar esta delicia: Fresas cubiertas de chocolate.  Los invitamos a deleitarse con este rico y delicioso chocolate. Por tan solo $500 o $ 1000 pesos”.

Las personas encargadas de vender las fresas cubiertas con chocolate son mujeres cabeza de familia, agremiadas en AFEDESAO, una organización que recoge el trabajo de más de 35 mujeres, que por diversas razones, han sido desplazadas del campo, han enfrentado la pérdida de sus hogares o, han quedado solas al frente de la crianza de sus hijos.

La historia del cultivo de fresas de las mujeres de AFEDESAO comienza con la preparación del proyecto que presentaron a la Fundación Populorum Progressio en el año 2013.

La iniciativa estaba enmarcada dentro del proyecto «Producción Limpia de Frutas en media hectárea de cultivo en la granja Santa Clara», donde estaría ubicado el cultivo.

Una vez los recursos económicos fueron entregados al Padre Fidel Antonio Gómez, responsable del proyecto, se comenzó con la compra de las plántulas de fresa que deben ser importadas desde Chile.

“Debido al cambio climático que nos afecta, decidimos iniciar el proyecto por etapas, de manera escalonada, sembrando inicialmente 2.500 plantas que ya se encuentran en la etapa de producción”, explica el sacerdote.

Para diciembre de 2014 el primer lote de plantas de fresas se encontraba en sus inicios. Bajo el cuidado de las manos amorosas de las mujeres manzanareñas las fresas fueron brotando y cargando la cosecha.

Ellas, cuidan el cultivo limpiándolo de malezas aplicando la menor cantidad posible de químicos para lograr una excelente calidad. Posteriormente en una mesa diseñada especialmente en el invernadero, seleccionan, pesan y empacan las fresas que saldrán a la venta.

Algunas fresas se venden como pulpa para jugo y otras se comercializan bañadas en chocolate, gracias a 2 fuentes adquiridas dentro del proyecto, lo que llaman sabiamente el «Valor Agregado».

“Estamos agradecidas con Dios y con el Vaticano por este aporte a nuestra empresa que sigue creciendo”, repiten una y otra vez.

Las manos de las mujeres de AFEDESAO siguen más unidas que nunca en la producción limpia de Fresas, demostrando que a la hora de ayudarnos, “Todos somos uno”.

¡Tú también puedes ayudar  a los más pobres!

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