(Foto: vistazo.com)
“El don de la misericordia es el encuentro extraordinario con el amor de Dios, cuando cada uno de nosotros, como individuos y comunidades, reconozcamos nuestro pecado y volvamos al Padre”, así lo explicó el Padre Michael Czerny durante el encuentro de la Red Eclesial Panamazónica que se llevó a cabo en Bogotá, Colombia.
El año del jubileo de la misericordia nos ha de servir para reconocer que los seres humanos tenemos un vicio, robustecido por la tecnología: pensar cada vez más en las personas lejanas y no en las cercanas.
Así lo explica Monseñor Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil, miembro del Consejo de Administración de la Fundación Populorum Progresio, al señalar que como lo indicaba recientemente el Papa Francisco: “muchos se sientan a almorzar en familia pero cada uno está chateando por celular y no saben conversar entre ellos, lo que nos debe hacer pensar que la misericordia hay que vivirla en nuestro ámbito más inmediato”.
“Debemos perdonar al que nos ofende, consolar al triste, estar en sintonía con los momentos de alegría, tristeza o desconcierto para salir de nosotros mismos y alcanzar la sensibilidad que nos hace ver que un amigo está atravesando un momento de dificultad o acaba de triunfar en algo y necesita de una cercanía, de un apoyo”, precisó Monseñor Arregui.
Para el alto prelado esa nueva actitud sensibiliza a las personas y los lleva a darse cuenta de los graves problemas de inequidad que nos afectan en el mundo. “Hay zonas enteras donde la gente ni asoma porque si así lo hiciere descubriría un panorama humano que reclama solidaridad y esfuerzo conjunto. No podemos seguir viviendo una problemática propia sino que debemos asumir los problemas de los demás, para abrir nuevas posibilidades y oportunidades, y así podamos ayudar a sanar este mundo tan dolorido”, puntualizó.
En nuestro entorno inmediato existen estas zonas que reclaman solidaridad y apoyo, por esto la Fundación Populorum Progressio trabaja desde hace más de dos décadas, impulsando el progreso integral de las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes. Educación, salud, vivienda, alimentación, agua potable, producción, comercialización, financiación; son necesidades que la Fundación Populorum Progressio, que administra la caridad del Papa Francisco para América Latina, viene atendiendo, como una forma concreta de ejercer la misericordia y hacer presente el amor de Cristo a los más pobres y necesitados.
Este año el trabajo de la Fundación Populorum Progressio adquiere un sentido muy especial porque, como lo explica Monseñor Arregui, el año de la Misericordia significa una enorme responsabilidad para los que vivimos la iglesia como una misión que nos competa a cada uno. “Es una oportunidad de aliviar el peso de la humanidad de todos sus errores y pecados, pasando la mano de una misericordia de Dios que no solo se compadece sino que se mueve y sana”.
Usted puede hacer realidad esta misión, aprovechar la oportunidad, unirse a la caridad del Papa Francisco en este año de la misericordia, apoyando la acción de la Fundación Populorum Progressio, siguiéndola en redes sociales, visitando la página web o suscribiéndose al boletín de noticias.
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